"Nunca me dice que me quiere"
Y es que al fin y al cabo nunca lo ha (has) hecho, ni siquiera un poco.
Pero por más que intento realizar el truco de magia de mi vida, y hacerte desaparecer para siempre, te filtras, correteando, como un niño pequeño por una pradera, navegando por mis conexiones nerviosas como un pirata con síndrome de Peter Pan, luchando con recuerdos para quedarte. Te odio por ello, con todas mis fuerzas, con las mismas con las que imploro que vuelvas.
Y joder, qué difícil me lo estás poniendo.