No dejes que el tiempo se pose en mis pies
y que mis tobillos flaqueen porque está lloviendo.
No te vayas.
No dejes de cantar esa canción absurda
y de fotografiar cielos despierto.
No te vayas.
No me dejes conmigo misma, y el miedo
porque los dos sabemos bien quien gana.
No te vayas.
No permitas que mis labios se rompan, secos,
porque les falta tu húmeda y caliente.
No te vayas.
No juegues a desaparecer y a mandarme
ovnis mientras yo sueño.
No te vayas.
Nunca.
Pero si te vas, sepas bien que no quiero, nunca,
jamás,
que vuelvas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario